El Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares, a través de la Concejalía de Medio Ambiente, pone en marcha una nueva campaña de la procesionaria del pino.

Una plaga que afecta a pinos, abetos y cedros y cuyo tratamiento químico se aplica sobre las copas de los árboles.

La iniciativa está enfocada a los propietarios de fincas o parcelas de Hoyo de Manzanares que quieran mantener a salvo sus árboles de esta plaga. El importe del servicio es de 14 euros por árbol.

El plazo de presentación de las solicitudes es hasta el 28 de septiembre.

El tratamiento se realizará mediante la utilización de productos y métodos aprobados por la legislación vigente. La campaña incluye solamente el tratamiento químico del árbol.

Los interesados pueden solicitar este servicio a través del correo electrónico naturalia@minaturalia.es  y teléfono 91 663 95 29 

¿Cómo se identifica a la procesionaria del pino?

La procesionaria del pino debe su nombre a que se desplaza en grupo de forma alineada, a modo de procesión. Este lepidóptero es un defoliador que constituye la plaga más importante de los pinares mediterráneos, atacando también, aunque de forma menos habitual a cedros y abetos.

Las mariposas se aparean en verano. La hembra pone sus huevos sobre las copas de los árboles y, 30 o 40 días después, nacen las orugas (generalmente en los meses de septiembre-octubre). Las propias orugas construyen sobre los árboles sus nidos, en los que pasan el invierno. Entre febrero y abril, las orugas descienden al suelo desde sus nidos, en características filas indias (de ahí su nombre común de «procesionarias»). Finalmente, se entierran en el suelo, donde pasan a la fase de crisálida. En verano las crisálidas hacen eclosión, y surgen las mariposas, que se aparean, comenzando un nuevo el ciclo, que se repite año tras año.

La procesionaria del pino produce dos tipos de daños:

  • El primero, que afecta a las plantas, ocasiona la pérdida de acículas, pues las orugas se alimentan en invierno de las acículas de pinos y cedros, provocando que éstas se sequen y caigan. El daño más importante lo hacen desde el final del invierno hasta mitad de la primavera, cuando las orugas son más grandes y voraces.
  • El segundo efecto suele tener acción directa en los humanos. Las orugas de la Thaumetopoea provocan un importante efecto urticante y alérgico en los seres humanos, en ocasiones muy graves. Además pueden causar trastornos graves a nuestros animales de compañía, especialmente los perros, que pueden llegar a morir por el efecto sobre su lengua, ya que la inflamación puede ahogarles.

Los interesados pueden descargar la información en el siguiente folleto procesionaria 2018

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